Actualmente, una gran mayoría de usuarios consideran que la cara visible de la informática internet, al que pueden acceder para obtener información o entretenimiento desde cualquier tipo de dispositivo, para lo que utilizan fundamentalmente el navegador pues es apto y fácil de manejar para cualquier persona como Safari, Firefox, Chrome... Además, poco a poco han ido incluyendo herramientas que mejoran su utilidad como un historial o recuerdan las contraseñas. Sin embargo, esto mismo puede ser un punto a favor para los ciberdelincuentes que intentan acceder a nuestros dispositivos. Por esta razón, existen riesgos como que cualquier persona que tenga acceso a nuestro navegador podrá ver qué hemos estado haciendo y cuándo si accede a nuestro historial o podrá entrar a nuestras redes sociales si hemos marcado la opción de recordar datos.
Pero, esto tiene arreglo, para ello existen los complementos o extensiones; elementos que se instalan en nuestros navegadores para hacerlos más eficientes, encargándose de funciones específicas: barras de búsqueda, integración con otros servicios, bloqueo de pop-ups, etc, aunque existen casos que pueden ser malintencionados sobretodo si se hace de forma encubierta al instalar aplicaciones gratuitas. Además, también disponemos de las cookies; pequeños ficheros que los navegadores almacenan en el ordenador con datos del usuario sobre las páginas web visitadas. Su utilidad es facilitar la navegación aunque, una vez guardada, la información puede servir para otros propósitos.
Por otra parte, los navegadores también están expuestos a fallos de seguridad que pueden suponer una puerta de acceso para que individuos maliciosos accedan a nuestra información o tomen el control de nuestros dispositivos, por ello, debemos mantenerlos al día y si puede ser a través de la opción actualizaciones automáticas.
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