Cuando hablamos de cuentas de usuario, hablamos de colecciones de información que indican al sistema operativo los archivos y carpetas a los que puede tener acceso un determinado
usuario del equipo, los cambios que puede realizar en él y sus
preferencias personales.
Con esto, cada usuario podrá tener su propio escritorio que podrá personalizar de la forma que le apetezca.
Por otra parte, podemos clasificar las cuentas de usuario atendiendo a su gestión.
Encontramos el usuario administrador, estos pueden instalar aplicaciones en el ordenador o modificar
aspectos importantes de la configuración, como la conexión a Internet; los usuarios estándar, para el uso cotidiano del ordenador, y el usuario de invitado, para que usuarios sin cuenta en el ordenador puedan iniciar una sesión y utilizar el equipo sin problema.
La cuenta de administrador debe usarse siempre y cuando se trate de situaciones en las que se necesita disponer de privilegios.
Pero, al final de todo, se debe seguir trabajando con una cuesta estándar.
Esto se ve en que por ejemplo, si un virus infecta el ordenador cuando estamos utilizando una cuenta de administrador, este podrá expandirse por el equipo, resultando más difícil de eliminar. Por el contrario, si la infección se produce utilizando una cuenta de usuario estándar, se reducirán los efectos nocivos del virus.
Por otra parte, es bastante importante habilitar el uso de contraseñas para mantener cada cuenta de usuario asegurada, tanto para las cuentas de administrador, dado los permisos que poseen, como para el resto de cuentas para proteger el espacio privado de cada persona. Sin embargo, la cuenta de invitado tiene los mismos privilegios que una estándar pero es anónima y sin contraseña. Por defecto viene sin ella, pero es conveniente que se mantenga así.
Además, windows permite configurar una cuenta de usuario apta para un menor que acota el tiempo de uso, y controla sus acciones en este.
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