viernes, 10 de noviembre de 2017

LAS CONTRASEÑAS

Las contraseñas son las llaves que dan acceso a nuestros servicios y por ende a nuestra información personal por lo que  si alguien las consigue puede comprometer nuestra privacidad.

Por ello, para evitar una mala gestión de las contraseñas se aconseja no compartirlas con nadie, asegurarse de que son robustas, no utilizar la misma contraseña en diferentes aplicaciones, tener mucho cuidado con las preguntas de seguridad y utilizar gestores de contraseñas.

Además, es muy importante transmitir esta recomendación especialmente a los menores, acostumbrados a compartir las claves con amigos o parejas.
Para crear esas contraseñas robustas se deben seguir los siguientes pasos:


  • Debemos asegurarnos que la contraseña tenga una:
    • longitud mínima de ocho caracteres,
    • que combine mayúsculas,
    • minúsculas,
    • números y
    • símbolos.
  • No debemos utilizar como claves:
    • palabras sencillas en cualquier idioma,
    • nombres propios,
    • lugares,
    • combinaciones excesivamente cortas,
    • fechas de nacimiento,
    • etc.
  • Tampoco debemos usar claves formadas únicamente a partir de la concatenación de varios elementos. Por ejemplo: “Juan1985” (nombre + fecha de nacimiento).
                                        Ejemplo de cómo deben ser las contraseñas

Uno de los problemas de utilizar claves demasiado simples es que existen programas diseñados para probar millones de contraseñas por minuto, por ejemplo, una contraseña de 3 caracteres tardará en averiguarse en segundos, en cambio, una de 14 caracteres tardará en averiguarse milenios.

Por otra parte, debemos utilizar claves diferentes en servicios diferentes, dado que el robo de la clave en uno de ellos, sea por la circunstancia que sea, permitiría el acceso a todos.
Para facilitar la tarea de memorización, podemos utilizar algunas sencillas reglas:
  • Cambiar las vocales por números
  • Utilizar reglas mnemotécnicas
  • Para hacer más sencillo el trabajo, podemos utilizar claves basadas en un mismo patrón, introduciendo ligeras variaciones para cada servicio
  • Dependiendo del servicio y de su importancia podemos utilizar claves más robustas o menos, para facilitar su memorización. Para los servicios más sensibles, siempre podemos utilizar un generador aleatorio de contraseñas. La mayoría de los gestores de contraseñas ofrecen esta funcionalidad.
Ejemplo de email de recuperación de contraseñas
Además, si queremos, también podemos disponer de gestores de contraseñas. Estos programas nos permiten almacenar las contraseñas protegiéndolas con una clave de acceso que sólo nosotros conocemos. Antes de utilizar un gestor de contraseñas, debemos tener en cuenta las siguientes consideraciones:
  • La contraseña maestra que utilicemos para acceder debe ser segura y robusta ya que será la que nos dé acceso al resto de claves.
  • Si olvidamos esta clave no podremos acceder al resto de nuestras contraseñas, por tanto, debemos memorizarla bien en nuestras cabezas.
  • Debemos realizar copias de seguridad del fichero de claves, para evitar perder las claves almacenadas


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